El uso de drones también se tiene que adaptar a la nueva normativa de Protección de Datos a nivel Unión Europea (RGPD). Por ello, la Agencia Española de Protección de Datos se ha puesto manos a la obra y ha elaborado una guía en la que recoge recomendaciones específicas tanto para las personas que utilizan drones para uso personal y de ocio, como para las que hacen un uso profesional de estas aeronaves no tripuladas.
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El derecho a la protección de datos
El derecho fundamental a la protección de datos personales da el poder a los ciudadanos de decidir sobre el uso de sus datos y la difusión de su información personal. El objetivo principal de esta ley es regular el tratamiento de todos los datos y ficheros, de carácter personal, independientemente de que el soporte en el que sean registrados sea informático o no.
El 25 de mayo de 2018 entró en vigor la RGPD, una nueva normativa europea relativa a la protección de las personas en lo que respecta al tratamiento de sus datos personales y a la libre circulación de los mismos, que derogó parte de la LOPD.
La Guía
La nueva ‘Guía Drones y Protección de Datos’ redactada por la AEPD destaca la generalización del uso de aparatos de vuelo no tripulados en el ámbito civil.
Además, pone de manifiesto que estos dispositivos pueden incorporar no solo GPS o cámaras de vídeo, sino también cámaras de visión nocturna, escáner 3D y sistemas de detección de dispositivos móviles, hecho que supone un impacto en el derecho a la protección de datos de las personas y que puede desembocar en una lesión de sus derechos y libertades.
La AEPD recuerda la obligatoriedad de regular la utilización civil de los drones y de adoptar las medidas necesarias para garantizar el cumplimiento de lo dispuesto en materia de protección de datos personales y protección de la intimidad.
Límites que debemos respetar al utilizar un dron
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Operaciones que no incluyen un tratamiento de datos personales.
De acuerdo con la guía, este tipo de operaciones son las menos frecuentes y emplean una configuración muy básica. Pueden incluir sistemas de posicionamiento GPS para asistencia al vuelo, pero no captan imágenes, sonido ni ningún otro tipo de información personal.
Si el uso de las imágenes captadas tiene una finalidad doméstica, siempre y cuando no permitan la identificación de ninguna persona, también se incluyen en esta categoría. En estos casos es necesario realizar una edición de las imágenes mediante difuminado para impedir la identificación personal.
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Operaciones con riesgo de tratamiento de datos personales de forma colateral o inadvertida.
Se tratan de operaciones tales como inspección de infraestructuras, levantamientos topográficos, servicios de fotografía y vídeo para cine… Sin ser el objetivo, existe riesgo de capturar datos personales.
Según la guía, para evitarlo es necesario minimizar la presencia de personas y objetos que permitan su identificación realizando los vuelos en horario de baja afluencia o controlando la zona de vuelo.
Por otro lado, recomienda considerar la posibilidad de no capturar el vuelo completo, sino solo aquellos momentos que sean necesarios para la producción, entre otras medidas.
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Operaciones que tienen por finalidad un tratamiento de datos personales.
En este supuesto se incluyen la videovigilancia, grabación de eventos o cualquier otra actividad que lleve implícita el tratamiento de datos personales. En estas operaciones es de obligada aplicación el RGPD y la LOPDGDD.
Si las imágenes recogidas por el dron van destinadas a un cliente, el responsable del tratamiento de los datos será él, mientras que el operador solamente tendrá la finalidad de recogerlos.
En este caso, es necesario redactar un contrato de autorización. Sin embargo, si el operador es el responsable deberá cumplir las obligaciones a las que se refiere el RGPD.
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¡Feliz vuelo, droneslanders!